23 de noviembre de 2016

Priority Boarding

noviembre 23, 2016 59

Ha pasado tanto tiempo desde que publicara la última entrada en en blog, que siento que casi tuviera que presentarme de nuevo, empezando desde cero; en cierto modo, es tal cual lo siento.

¡Ay! Los cambios que nos plantea la vida... Suena muy bucólico, pero así es. Cada cambio nos acarrea un trauma, una situación de estrés, una barrera que nos cuesta superar, y es, o la superas, o ella puede contigo. Más o menos esto fue lo que me ocurrió, asuntos personales. Que si la mudanza, agobios varios, que si ahora vivo más lejos del trabajo, que si paso taaantas horas fuera de casa... La bola de algodón se va haciendo más gorda y no sabes realmente cómo ir desilanchándola; sin tiempo para reflexionar, sin poder mirar dentro de sí; ya no es de mayor gravedad no escucharse a sí mismo, pero ni si quiera preguntarse, esto sí que es de traca.

Al final creo que todo se resume a luz, a saber encenderla a tiempo cuando el túnel está oscuro. Gracias a dios tengo salud, tengo trabajo, familia, amigos, marido (futuro), un techo en el que dormir, muy calentita ya puestos, y una nevera con
más que suficiente para mantenerme. Entonces, ¿qué pasó? Supongo que nuevamente necesitaba frenar, equilibrarme y priorizar, que por más que me lo recuerdo a mí misma ("Esther, por orden de prioridades"), ya sabéis, "consejos vendo que para mí no tengo". Así que aquí estoy de nuevo, en la cola de entrada al avión dispuesta a hacer el check-in, para compartir nuevamente, para hablar de nuestras cosas, nuestras lecturas, nuestras vidas. No me desintegré del todo, en las redes más o menos os he ido siguiendo, pero por fin he dado el pasito de volver a leeros, de ponerme al día, conmigo y con vosotros.

Reordenado otra vez el armario de mis ideas, ya he buscado mi espacio, mi tiempo, mis obligaciones y mis placeres. Sé que ya no voy a poder seguir el ritmo de antes, de apuntarme a cada sorteo, ni a cada lectura conjunta, de leeros cada día, ni de publicar entradas a diestro y siniestro, no. Por el momento voy a estar, a pasarme asiduamente, pero por encima de todo mi tiempo lo quiero seguir dedicando a leer, que es lo que de verdad me ayuda a alejarme de los ruidos, del caos en definitiva.

Aprovecho este momento de sinceridad para confesaros, y confesarme a mí al mismo tiempo, que me sobrepasó la competitividad a veces latente entre blogs, el sentirme en la obligación de dar explicaciones de sin un libro lo he comprado, me lo ha enviado a la editorial o me lo han regalado. Sé que no viene a cuento, soy consciente, pero ¿tan importante es? ¿No es la esencia de todo esto compartir, comparar y opinar? ¿Tan grave es, fulanit@, que reseñes un libro que no me atrae, y por opinarlo en tu blog me apartes? Exploté, pero con mucho esfuerzo he resurgido de mis propias cenizas. Esta no es mi batalla, la mía es la de divertirnos. Sin ánimo de ofender, es algo que quería aclarar.

Y aquí estoy, y aquí sigo. 
He vuelto para quedarme, y si tú quieres, por supuesto, puedes quedarte también.